Cómo lo hice para escribir un libro
Una de las preguntas que más me hacen desde que publiqué mi libro es que cómo lo pude hacer, teniendo 1.05 hijos (lo escribí en dos años, por lo que prorrateamos al Heredero) y un trabajo que aparentemente no he dejado. La respuesta, además de no durmiendo es a base de organización.
Me compré un libro en el que aparentemente te explicaban cómo escribir libros ya que yo en la carrera había estudiado mucho sobre escribir y mucho sobre libros pero aparentemente se les olvidó hablar de giros argumentales, ya se sabe que los periodistas cuanta menos imaginación tengamos más objetivos seremos (otro día os hablo de la objetividad si os motiva). Y por supuesto me leí el libro
Soy una despistada, y como no quería cometer muchos errores usé dos cuadernos; en el primero iba apuntando los personajes: cómo eran*, cuál era su historia, cuáles son sus motivaciones, a quién se parecían... Mientras que en el segundo describí lo que le pasaba a Ingrid de manera esquemática.
Estos dos cuadernos me acompañaban, literalmente, a todas partes ya que nunca se sabe dónde te va a encontrar la inspiración. Escribí en el metro, en el bus (un par de capítulos en un atasco en la A-5 que me duró dos horas y me sirvió de inspiración para el personaje de Ángel, de hecho), en las salas de espera o en cualquier lugar donde pudiera apoyar un cuaderno en mis piernas. Ahí descubrí que mi mejor amigo era el lápiz, que falla menos que un boli, mancha menos
Pasar a limpio el manuscrito
Después llegó la parte interesante, pasar a ordenador todo lo de los cuadernos. No os lo voy a negar: fue la parte que más me divirtió, se me pasaba el tiempo volando y eso que escribía casi siempre por las noches, que es cuando más me duermo. Pero escribiendo Responde primero se me pasaba el tiempo sin enterarme, os lo aseguro.Por último me tocó lo más aburrido: las revisiones. No os exagero si os digo que leí el libro entero seis veces como mínimo, cambiando cada vez cosas que no me gustaban, que me aburrían (borré un capítulo entero en el que no me soportaba ni yo, en el que Ángel le teñía el pelo a Ingrid) o que simplemente eran irrelevantes para que avanzara la historia.
Cuando acabó todo esto me puse en manos de mi editora, Claudia, que hizo un trabajo brutal puliendo el manuscrito y explicándome que aunque en mi cabeza todo tenía mucha lógica los lectores no tienen telepatía.
No sé si este post os interesa a los que no queréis dedicaros a la escritura y/o no sois cotillas, pero es que necesitaba una excusa para contaros que el viernes 23 hago una nueva presentación del libro en la Librería Luna Lunera de la calle Embajadores, 192 a partir de las 19:00 horas y que estáis todos invitados a venir. Firmaré ejemplares y besaré bebés, cachorritos o foquitas si fuera necesario.
* en la quinta relectura descubrí que había puesto que le "revolvían los rizos" a un personaje calvo. Hay que quererme como soy, ¿qué os puedo decir?
La foto que encabeza el post es de Remorada y forma parte de la campaña "ningún blog sin un dibujo de Remorada".
puff, si me lanzo a escribir, que empezado ya está, ya te pediré tu libro guía
ResponderEliminarClaro :) Lo tengo en papel y todo :D
EliminarMe encanta!! Intentaré pasarme por la presentación. Yo también escribo... pero estoy súper desmotivada últimamente. Mucha suerte!!
ResponderEliminarVenga, ánimo :) Si yo lo he conseguido seguro que tú también lo conseguirás
Eliminar¡Cómo molas!
ResponderEliminarMe ha encantado eso de prorratear al niño juas juas
Y coincido contigo en que la revisión es lo peor, de lo peor, de lo peor de escribir un libro ;)
un besazo!!
Es que no estaba el niño al completo XD
Eliminarme encanta la explicación! pero no sé si me ha dado más risa lo de prorratear al heredero o la campaña en la que me veo implicada xDDDDDDDDDD
ResponderEliminarYo creo que la campaña tiene toda su lógica. Mira, está tu blog, el blog de Mamá Gnomo, en el blog de Begobolas también hay algún dibujo tuyo...
EliminarIré aunque tarde. Gracias por mencionarme en tu post :)
ResponderEliminarMe gusta!!! Yo también tengo páginas y páginas emborronadas. (De hecho empecé a escribir con catorce años.) Per como soy multitasking al final queda casi todo a medias. Los niños, por suerte, los parí completos.
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