Mi 11-M
Una de las ventajas de tener un blog que tiene mĆ”s de una dĆ©cada es poder echar la vista atrĆ”s y ver cómo pensaba en algĆŗn momento del pasado, que luego ha resultado ser histórico. Por ejemplo en aquel 11 de marzo de 2004 primero hice este post con la información que tenĆa disponible, vomitando toda la rabia que tenĆa a mis 23 aƱos y poco despuĆ©s este otro con lo que se supo despuĆ©s.
Sin entrar en causas o en politiqueos (y yo soy de las que piensa que aĆŗn no se sabe ni la mitad de lo que sucedió para acabar en ese atentado), querĆa compartir cómo fue para mĆ aquel jueves en el que no tenĆa que ir a la universidad porque habĆa huelga. Y estoy segura de que aquella huelga de estudiantes (propiciada por algĆŗn cambio de plan de estudios que ahora ni recuerdo) salvó muchas vidas porque al menos en la Complutense los alumnos ni estĆ”bamos ni se nos esperaba.
En mi casa se oyó el estruendo, aunque yo estaba medio dormida y lo que recuerdo a continuación es una vorĆ”gine de informaciones, primero confusas y luego un unĆsono de "ha sido ETA". En aquel momento yo trabajaba en Telecinco en turno de tarde y mi madre primero me dijo que no fuera, ¡como si a una periodista le pudieras decir que no fuera a trabajar un dĆa asĆ!
Como no pudo convencerme, me propuso que cogiera rutas alternativas para no pasar por Atocha (en ese horario encontraba menos atascos si atravesaba Madrid) pero eso tampoco coló porque querĆa ver quĆ© habĆa sucedido. La verdad es que cuando a las 2.30 me montĆ© en el coche como cada dĆa para ir a trabajar encontrĆ© una ciudad casi vacĆa. En Atocha habĆan restablecido el trĆ”fico pero apenas habĆa coches. Por supuesto no vi nada del mogollón porque estaban mĆ”s hacia la calle TĆ©llez que en la glorieta propiamente.
Conforme atravesaba la ciudad para llegar a la tele, me iba cruzando con unos pocos coches cuyos conductores iban la mayorĆa llorando. Nos mirĆ”bamos en los semĆ”foros buscando comprensión pero lo Ćŗnico que encontrĆ”bamos era desamparo. No sabĆamos por quĆ© habĆa pasado eso en una ciudad tan tranquila como Madrid y a esa escala tan brutal.
Como mi trabajo no estaba relacionado directamente con la actualidad, seguĆ a mis tareas ayudando en lo que podĆa sin perder de vista a los compaƱeros que se multiplicaban para estar en Atocha, en Ifema donde llevaron los cadĆ”veres, en los hospitales donde las colas para donar sangre eran infinitas... vaya cada uno hacĆa lo que podĆa. Ese fue uno de los dĆas en los que mĆ”s orgullosa me sentĆ de ser periodista y me alegrĆ© de haberlo vivido desde dentro de un medio grande aunque como becaria yo solo podĆa hacer tareas pequeƱas.
SĆ© que este es un homenaje muy pobre para las vĆctimas pero no me siento con fuerzas de ponerme en el lugar de esa gente que experimentó tanto dolor. Un abrazo para todos.
PD Otro dĆa os cuento cómo explotaron mi móvil en el Retiro como estrategia para probar la teorĆa de la conspiración. Pero esa es otra historia que debe ser contada en otra ocasión.
Es que es muy difĆcil homenajear a las vĆctimas; por mi parte, el respeto y el no olvidar este dĆa creo que es suficiente.
ResponderEliminarPasĆ© mucho miedo por mi pareja de aquel entonces y varios amigos; y todavĆa recuerdo ser yo quien, con algo de miedo, mirara las listas que iban apareciendo porque mis amigos no se atrevĆan (yo era la Ćŗnica que no era de Madrid).
Me quedo por aquĆ, que me has picado la curiosidad con la historia del móvil en el Retiro.
Un saludo.
A mi se me sigue encogiendo el alma al pensar en todo aquello. Yo recuerdo esa sensación de vacĆo. En aquel momento estaba en paro y recuerdo no poder despegarme de la televisión llorando de la impotencia
ResponderEliminar