La importancia de hacer una buena entrada en escena
Hay entradas en escena memorables. Tenemos quienes entran bajando una escalera garbosamente. Hay quien abre una puerta y todas las cabezas se giran para mirarles... Y luego estoy yo.
Ayer estuve en un evento de bloggers organizado por Philips (por Decoesfera, no creĆ”is que este blog da para ser muy lĆder de opinión) y la verdad es que no me siento muy orgullosa de mi llegada. Como me debo a mi pĆŗblico, y mi pĆŗblico sois vosotros, aquĆ os cuento cómo hice la entrada triunfal, con la presteza y la agilidad que me caracterizan.
En principio, habĆamos quedado a las 8 en un hotel de Plaza de Castilla. Por supuesto, yo me equivoquĆ© de hotel y de hecho estaba justo en la acera de enfrente... a la que no podĆa acceder porque, para los que no sois de Madrid, Plaza de Castilla ahora estĆ” peor que Sarajevo, es toda una zanja con un monolito en el centro. CorrĆ y corrĆ para no perder el taxi que me esperaba y cuando encontrĆ© el hotel, me asomĆ© a ver si habĆa alguien conocido. HabĆa un grupo de personas y entre ellas, Antonio de Error 500.
¡Esta es la mĆa! Me dije a mĆ misma. CogĆ carrerilla para llegar y...
PUM! CONTRA EL CRISTAL!!
Ćiiiiiec! Resbalando para abajo...
En fin, cosas que pasan cuando los cristales estƔn limpitos y transparentes, que levante la mano a quien no le haya pasado nunca.
(Y sĆ, tanto Antonio como los otros bloggers me vieron, pero fueron tan discretos como para no hacer comentarios al respecto).
Imagen vĆa | Puertas automĆ”ticas
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
ResponderEliminarEspero que no te hicieses daƱo, porque entonces me sentirĆa culpable por reĆrme...
Nada de daño! Sólo la puerta quedó un poco sucilla, con mi nariz y mi moflete, pero como era un hotel de cinco estrellas supongo que tardaron poco en limpiarlo :)
ResponderEliminarCurioso... Eso sĆ que es una entrada que deja comentarios a su paso ;)
ResponderEliminarYo buscarĆa en los blogs personales de los que estaban allĆ a ver si siguen tan discretos...
ResponderEliminarNo te preocupes, a mĆ tambiĆ©n me ha pasado alguna vez. ¡Hay una primera vez para todo!
Si te sirve de consuelo, hasta a mi gato, con todos sus supersentidos felinos, le pasó el dĆa que llegó a casa con la de la terraza.
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