Uzumaki
Hoy os ha vuelto a tocar cómic. Se siente. Me he terminado (¡por fin!) el Ćŗltimo libro de Uzumaki. Yo sĆ© que probablemente habĆ©is leĆdo otras crĆticas en algĆŗn blog amigo, pero no me resisto a contaros lo que me parece a mĆ.
Uzumaki (por lo visto) significa espiral en japonés, y precisamente espirales es lo que mÔs se ve en el dibujo. Ya desde la primera pÔgina en la que se ve a la protagonista (en la foto) en un campazo lleno de espirales sutiles, que recuerda un poco al estilo Van Gogh. La historia va de que su pueblo, que es pequeño y se encuentra encajado entre el mar y las montañas, en cuyo centro hay un estanque (el estanque de las libélulas), cae bajo "la maldición de las espirales". Cada vez que se ve una espiral en el cómic, se sabe que algo malo va a pasar.
La gente se empieza a obsesionar con las espirales, hay quien quiere rodearse de ellas, hay quien quiere convertirse en una... los hay hasta que se convierten en caracoles. Los protagonistas son los únicos que parecen darse cuenta de que hay algo malo que estÔ pasando en el pueblo cada vez que ven una espiral, y se ponen en guardia con los muelles, los rizos, los tornos de alfarero, aunque sienten la fascinación de las espirales "que siempre te llevan a mirar el centro".
Las cosas se empiezan a ir de madre cuando comienza la antropofagia, ¿o era cuando los bebĆ©s se vuelven malos? ¿o cuando tener un pelo rizado es la prioridad de todas? Si os ha molado, que sepĆ”is que se los tenĆ©is que pedir al tito Torpin, que yo no los tengo.
Por cierto, he empezado a crear un blog maligno, mÔs maligno que este. Permaneced atentos, porque lo vamos a escribir entre todos. Sólo Bandini sabe a qué me refiero. Misterio, misterioso.
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