Otra aventura del viejuno-no-chino

No os lo vais a creer. Yo lo escribo, pero desde ahora os aviso de que no os lo vais a creer. Hacemos un trato. Vosotros lo leƩis y si no os lo creeis, pues ya os pasƔis por aquƭ otro dƭa y en paz.

Pues iba yo por la calle, en mi barrio, cuando me volví a encontrar con el viejuno-no-chino de ayer!! Hoy ha sido mÔs pintoresco (si cabe) que el encuentro del metro. Porque, obviamente , el viejuno-no-chino (a partir de ahora vnc) es de mi barrio y en él se encuentra en su propia salsa. A lo que iba. El vnc me ve aparecer y me para. "Oye, perdona, puedo hablar contigo un momento?" Yo le he dicho que sí pensando que me iba a preguntar alguna dirección o a felicitarme porque es lector de mi blog o yo qué sé de los apetitos y carencias de los viejunos del siglo XXI. Me dice "Es que he descubierto que soy un robot y quisiera que me dieras tu opinión".Para la cinta.



¿Por quĆ© yo? ¿Por quĆ© tenĆ­a que ser el vnc entre todos los viejunos de mi barrio? ¿QuĆ© he hecho para merecer tal honor? En fin, sigo con mi historia. El vnc se planta delante de mĆ­ y se pone a hacerme uno de esos "bailes de robot", fijo que habĆ©is tenido que ver alguno, sólo que en este caso es un viejuno en vez de ser un chulillo de discoteca. Y a hablar con voz de robot "soy un robot. Funciono con dinero. Dame dinero". Por supuesto, he salido corriendo acongojada del susto.

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