Risky business

Pues quƩ bien. Ni dos horas llevaba sola en mi casa, cuando ya he quemado la cocina. Parece difƭcil que una chica de 23 aƱos, que ya ha vivido un aƱo sola, queme su casa asƭ como asƭ. Pues no, seƱores, pasen y vean.

Me meto en la ducha y ¿quĆ© hago? Dejar preparĆ”ndose un cafĆ© para mi uso y dsifrute, que me encanta el cafĆ©. Y cuĆ”ndo salgo de la ducha ¿quĆ© me encuentro? Pues toda la colección de bayetas de mi madre ardiendo (yo pensaba que la placa vitrocerĆ”mica no podĆ­a prender un fuego, pero mira por dónde...) con lo que
a) Pongo la campana extractora
b) Cojo mis manos ignífugas (declaradas arma blanca en tres estados de la Unión (incluyendo Pepeslavia) y las echo en la pila, que a esas alturas de mi independencia estaba llena a rebosar de cacharros derivados de las distintas viandas que había degustado (o sea, todo pasta).

En fin, que he ido a comprar bayetas nuevas y me he desecho de las pruebas. A ver si Grissom (akka mi madre) no me pilla esta vez.

Por cierto, que estoy aprovechando ahora que estoy sola en casa para hacer cosas que normalmente no hago como dormir en bolas y hacer el baile de la trompa sin trompa a los vecinos.

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