Matronatación IV: cuando la piscina es más grande que la vida misma
Ya os contaba la semana pasada (y en la mitad de posts de este blog, para seros sincera) que la altura no es uno de los dones que me han concedido los hados. Y que esto no es un handicap que me impida desarrollar actividades de la gente normal.
Hasta que la semana pasada cambiamos de piscina de matronatación porque había conseguido un cupón y me salía ultrabarato cuando, cuál no sería mi sorpresa, el agua me llegaba a ras de naricilla incluso cuando me apoyaba en las puntas de mis dedos de los pies cuan bailarina rusa gibarizada. En condiciones normales no sería ningún problema porque nado a perrito estilosamente pero la cosa se complica cuando tienes que sostener con tus brazos a un mochuelo que está constantemente intentando beber agua/meter la cabeza hasta la coronilla (pero no sacarla)/escurrirse del flotador para explorar nuevos horizontes.
Al principio intenté disimular, poniendo en práctica todo lo que había aprendido de Gemma
![]() |
Patch, tú eres mi mejor alumna |
La cosa no funcionó muy bien porque las aletas se doblaban cuando menos lo esperaba con mucha risa y jolgorio por parte de la heredera
Así pues, organizadores de cursos de matronatación: haced el favor de poner las piscinas para aprender al menos a 1.40 que hay un cierto sector de público que opina que es la altura ideal.
Este tambien es digno de videopost :) Pero no me he de reir mucho, porque con mi escasa altura no creo que anduviera muy holgada tampoco. Mira el lado postivio, aquagym y matronatacion 2 en 1, no? ;) Un beso y buen finde!
ResponderEliminary si te prestan un chaleco salvavidas?
ResponderEliminarestaba pensando lo mismo que una mamá práctica, que así hicisteis gimnasia las dos jajajaja
ResponderEliminar¿vas a volver o qué te ha recomendado gemma?
ay, patch, en serio, no quiero reírme, pero... XD!!!
ResponderEliminara patentar los zapatos de plataforma de matronatación YA! ò.ó