La viejuna agorera
Tengo que decirlo de una vez: Fujur emana monerĆa por todos sus poros. Hay gatos que ganan concursos y hay gatitos que quieres llevarte a casa cuando les echas el primer vistazo, pero despuĆ©s de dos aƱos y medio juntos, sigo mirĆ”ndolo cuando duerme y me muero de ternura. Una vez hecho este inciso, paso a contaros una historia de Fujur en la que la monerĆa tiene algo que ver, pero no mucho, y salen viejunas que eso siempre viste mucho.
Resulta que como os habĆa dicho, en mi nueva sede tengo vistas a la calle. No sólo yo tengo vistas, sino que Fujur como buen gatito de capital pasa las horas muertas asomado a cualquier ventana viendo a la gente pasar y maullando a cualquier pĆ”jaro que se le acerque. Un gato de seis kilos (que en invierno se esponja y parece mĆ”s grande) en la ventana de un primero es muy llamativo, asĆ que ya casi le conoce todo el barrio.
El otro dĆa estaba Fujur asomado a la ventana y como estaba abierta, de pronto oigo el consabido:
- Gatitoooooo, gatitoooooo, ahĆ hay un gatitooooooo
(Fujur todo orgulloso)
Utilizando mis artes ninjas me asomo sin que la persona que habla me vea y descubro que es una viejuna de las que son mi especialidad con una amiga de edad indefinida. He aquà la conversación:
- Pues yo tenĆa una gata igual de bonita que ese gato. Murió. Saltó por la ventana del baƱo y murió. Vaya con mi gata que murió. ¿Te he dicho ya cómo murió? Estaba muerta muerta.
No exagero si digo que la viejuna contó su historia tres veces a su acompañante hasta que a todo el barrio (la verdad es que hablaba muy alto) le quedó clara el peligroso cóctel representado por gatitos suicidas y ventanas inoportunas.
Hace tiempo que vengo observando viejunas que dedican sus horas libres a ser agoreras, cada vez que les cuentas o les enseƱas algo conocen a alguien que tuvo un destino fatal. Ejemplos:
- Pues tengo aquĆ unas agujas de ganchillo...
- Con lo peligrosas que son, fĆjate si te caes encima y te sacas un ojo por la oreja.
- Mi amiga estĆ” embarazada...
- Pues Menganita estaba embarazada, se tropezó y se sacó un ojo por la oreja.
- SeƱora, una almohada muy blandita, ¿no es chula?
- Huy, las almohadas blanditas son las peores, porque te saltan de improviso y luego te las clavas y te puedes sacar un ojo por la oreja del golpe...
Y asĆ sucesivamente.
Lo de los viejunos agoreros es algo eterno, por lo menos en el medio rural pero tambiĆ©n se traslada a la ciudad demasiado a menudo. Debe ser una alegrĆa eso de vivir pensando continuamente que van a ocurrir cosas malas...
ResponderEliminarYo tengo como abuela una de ellas, y porque es mi abuela, que si no...
ResponderEliminarTĆŗ sĆ que sabes mantener tu audiencia. ¡Viejunas powaaaaaaa!
ResponderEliminar¿Pero que me estĆ”s contando? Vaya con las viejas, hay que fastidiarse...
ResponderEliminaruffff, lo de las bat vallitas veo que va con la edad. Tomo nota para no convertirme en una de ellas, je je.
ResponderEliminarPor cierto; ese comentario de mejorarĆ” tu vida sexual me gusta
un besote
La verdad es que las viejunas agoreras son un tema bastante recurrente en mi vida :)
ResponderEliminarBienvenido, anónimo! SĆ, garantizo que comentar mejora tu vida sexual. Si no lo hace, te devuelvo tu dinero
Dios mĆo, acabo de descubrir una verdad incómoda: Mi padre es en realidad una viejuna!!!
ResponderEliminarNo sé cómo procesar esto...
Supongo que el género no tiene nada que ver :) De todas maneras me fascina la capacidad de retentiva que hay que tener para poder recordar un dato negativo sobre cualquier afirmación que hagas
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