Ir al dietista es la nueva manera de confesarse
SĆ© que muchos de vosotros no os confesĆ”is desde que hicisteis la primera comunión, y algunos ni siquiera eso. La verdad es que, aunque me confieso de vez en cuando, cuando estoy a dieta tengo la sensación de hacerlo mĆ”s de lo habitual porque, ¿quĆ© es ir al endocrino sino contarle tus pecados y esperar que te ponga una penitencia pequeƱa?
Ejemplo: me paso una semana sin probar los hidratos de carbono. ¿QuĆ© digo sin probarlos? Sin olerlos siquiera, volviendo la cara heroicamente cada vez que alguien pasa a mi lado con una palmera de chocolate (el manjar de los dioses como todo el mundo sabe), llego al endocrino y ¿quĆ© tenemos? Que he perdido 200 gramos.
Doscientos mĆseros gramos. Una loncha de jamón york (de las gordas), menos de lo que se come Fujur en un dĆa entero. Doscientos gramos de nada. El endocrino (alias Hombregordo) me mira. Yo le miro.
Patch: Le confieso que he pecado, hombregordo.
Hombregordo: A ver, cuĆ©ntame, hija mĆa, ¿quĆ© pasó?
Patch: Pues el domingo estaba yo comiendo en un restaurante italiano y se me pusieron a tiro unos espaguetis a la carbonara.
Hombregordo: Pero si sabes que la nata te va fatal, casi que hubiera preferido que los pillaras a la BoloƱesa, que con el tomate se digieren mejor.
Patch: Y ademĆ”s habĆa un postre. Pero me lo comĆ sin sentir placer.
Hombregordo: ¿Y eso es todo? Mira que 200 gramos son muy pocos gramos.
Patch: Se lo prometo por Snoopy.
Hombregordo: ¿Y has dormido? Mira que no dormir engorda.
Patch: SĆ, bueeeno, mĆ”s o menos.
Hombregordo: ¿Noches de desenfreno?
Patch: Estimado hombregordo, esto es peor que ir a confesarse, los curas se suelen quedar con mi versión y no me presionan mÔs.
Hombregordo: Pues para la semana que viene, si hay desenfreno que sea en horarios diurnos. (Prometo que esta parte de la conversación es verĆdica).
Patch: Vaaale, estĆ” bien (ojitos ojitos)
Hombregordo: Y para la semana que viene nada de ver hidratos. Ni en fotografĆa, asĆ que tira esos panfletos del Take a Wok que tienes en casa llenos de fotos de comidas grasosas.
La semana que viene, mĆ”s sobre Hombregordo y su lucha por mantener mis apetitos a rajatabla en horas dirunas. (EntiĆ©ndase por desenfreno mi consumo desmesurado de Madmen durante el puente que me ha quitado horas de sueƱo, horas de amigos y hasta horas de Fujur, pobrecito mĆo)
Imagen vĆa | Valnoveau
Yo no podrĆa concebir la vida sin comer spaguetis! Aaay cómo te compadezco de repente!!! :(
ResponderEliminarSà he de decir que yo cada vez soy mÔs fan de las juergas diurnas! (ademÔs, tienen la ventaja de que es mÔs fÔcil encontrar sitios abiertos pa continuar la juerga :P)
No me compadezcas, esta semana puedo comer un dĆa espaguetis :) (quĆ© lejos queda mi aƱo Erasmus cuando comĆa y cenaba pasta)
ResponderEliminarSupongo que conoces el graciosĆsimo chiste de "los espaguetis". Si no lo conoces, te lo contarĆ© la próxima vez que nos veamos (es que hay que escenificarlo. Escrito pierde gracia...)
ResponderEliminarHum, no lo conozco, apúntalo para la próxima :)
ResponderEliminarYo hace aƱos que dejĆ© de confesarme y pesarme. Tengo cita con Hombregordo2 dentro de un mes, para ver que es lo que no funciona en mi organismo, por quĆ© si como la cuarta parte que el resto de la humanidad peso dos veces mĆ”s que el ciudadano medio. Y por que si me como un filete a la plancha termino de digerirlo a los dos dĆas. AsĆ, como las vacas.
ResponderEliminarPor lo visto la clave estƔ en dormir :) Ya os irƩ contando, aunque de momento voy perdiendo poco a poco sin pasar hambre
ResponderEliminarPues me vuelvo a la cama:)
ResponderEliminarA saber que haces de noche, bribonzuela!!!
ResponderEliminarMis noches pertenecen a Don Drapper :)
ResponderEliminarNo me extraƱa, menudo es el Don...
ResponderEliminarY a Fujur!
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