Las terracitas y el calor
Hoy hace un calor increĆble. Y me entran unas ganas inmensas de salir a la calle y de pasarme toda la noche por ahĆ, pero por la calle, no dentro de un sitio. Sentada en un banco o paseando, pero siempre en buena compaƱĆa. Porque a mĆ lo que me vuelve loca es tener un buen interlocutor.
A ver, siguiendo con la lĆnea marcada antes de recuerdos. Poned todos vuestros recuerdos en fila para examinarlos. ¿CuĆ”les son vuestros mejores recuerdos? Bien, si quitamos esos de “cuando el chico que me gustaba me pidió salir”, ¿quĆ© nos queda? Pues esas conversaciones (no necesariamente asociadas a un botellón, no nos pongamos talibanes) rodeados de buena gente. Charlas en la Piazza del Campo, en el banco de la puerta del cole o en el portal de unos y de otros, siempre robando esos minutillos a la hora de llegar a casa. Por momentos asĆ vale la pena seguir vivos.
Y digo yo, ¿quĆ© es una terraza? Pues una mesa y dos sillas en mitad de la calle. ¿Y por quĆ© es legal beber alcohol en mitad de la calle si estĆ”s sentado en una mesa y no si estĆ”s sentado en un banco
- o en el suelo
- o en una seƱal de trƔfico
- o en un hito
Pues porque la ley la hace gente que no quiere que los jóvenes nos relacionemos, sólo quieren que beban los adultos que se puedan permitir pagar por sus mesas y sillas en medio de la vĆa pĆŗblica. Pues yo voy a ser mĆ”s lista. Voy a llevar siempre conmigo un set de 4 sillas y una mesa de jardĆn que venden en Pryca (se llame como se llame) sólo por jorobar, uajajaja.
Bueno, ahora que he desvariado, he de haceros una recomendación y una confesión.
No me tomƩis en serio. Yo no lo hago (y algunos de vosotros ni siquiera me habƩis visto en la vida).
Los que os vayƔis de Semana Santa, pasadlo bien. Y los que os quedƔis, pasadlo mejor. Besitos mil!!
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